Director periodístico: Víctor Hugo Anteparra Reátegui
27 abril, 2024

¿Estoy a salvo?

 ¿Estoy a salvo?

Desde muy pequeña he visto y he sufrido lo que hoy se conoce como bullying. Que te jalen el pelo mientras bajas las escaleras, que te atribuyan apodos por tener características físicas “diferentes”, que te rompan el cuaderno o el examen, que te empujen, que se burlen de ti, de tu ropa “andrajosa” …¡Uff! y mil cosas más.

Según la UNESCO, más del 65% de niñas y niños peruanos pasan por lo mismo, sean de donde sean, si nacieron en una cuna de oro o en un pesebre de paja.

Muchos suelen suavizarlo socialmente, con la excusa de que es una etapa y que los niños no saben lo que hacen, pero me pregunto ¿Sus padres tampoco? En caso de los pubertos y adolescentes ni que hablar. Hemos visto ya muchas veces en las noticias lo que ocasiona el bullying, el punto más alto de la crueldad juvenil, expresada en “burlas indefensas”, que pueden ocasionar la muerte.

Ahora estamos en confinamiento social y como ya sabemos, ningún estudiante va al colegio o a la universidad, sin embargo ¿Pueden las clases virtuales detener el bullying? Si desde antes ya existía el cyberbullying ¿Qué les hace pensar que con las clases virtuales va a dejar de ocurrir? Quizá ponga en pausa este acto violento físicamente, pero bien sabemos que el daño psicológico es lo que más perdura, duele y atormenta; deja secuelas que muchas veces requieren más que la ayuda de un psicólogo y si estás solo  ¿A quién le pides apoyo para superar la tormenta?

Para el que no sabe hacer otra cosa más que fregar la paciencia y la vida, las clases virtuales solo son un mal chiste, para el agresor solo es una oportunidad más para ocasionar otra de sus maldades. Y es que sí, existe gente muy mala y egoísta, que no cree en el karma, pero ojo, esto solo es en lo que se convirtieron por la educación que recibieron, si es que la recibieron, claro.

Las clases virtuales no esconden a la víctima de su agresor, porque existen las redes sociales, que es una puerta gigante para el acoso, que, aunque nos diga “Aquí todo tipo de discriminación será sancionada”, su filtro a veces falla, sino, no pudiésemos ver cuánta crueldad, discriminación, muertes, desnudos, etc. pasan cada día por esas mismas páginas.

El bullying también puede darse por esta nueva plataforma virtual para educar a los alumnos, un claro ejemplo fue lo que le pasó, no hace mucho, a un profesor  tras su primera clase por zoom. Sí es cierto no es un caso de “alumno-alumno”, pero no hay una definición que diga que el término no pueda ser usado en caso “alumno-profesor”, entonces sigamos, los adultos también sufrir bullying. En este caso, los estudiantes sacaron de su propia clase al docente, algo absurdo, inmaduro y totalmente estúpido. La familia del profesor, así como padres de familia y estudiantes, mostraron su gran indignación, sobre todo porque el maestro era una persona de avanzada edad.

Así, queda muy claro, que el bullying va existir siempre que haya un medio para transmitirlo y obviamente quien lo ejecute, solo queda en nosotros saber cómo ponernos a salvo, porque ahora con tanta tecnología e infinitos permisos para hacer alboroto, podemos desnudar a nuestro agresor.

Por: Maripily Córdova Perdomo

Fotografía: Chaco 360

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